miércoles, abril 18, 2007

Desayuno en el Arqueológico

Fecha: 18 de Abril de 2007
Ubicación: Murcia capital, cafetería del Museo Arqueológico
Objetivo: celebrar el cumple de Marsónico y el mío propio.


Nosotros, sin haberlo premeditado, hemos elegido como dress code el blanco y negro. La cafetería, también. Vamos a "homenajearnos" por nuestro aniversario, yo cumplo 30, Marsónico... dice que a una dama nunca se le pregunta su edad, que es una ordinariez. Allá que nos encaminamos y entramos, resueltos y dicharacheros en un local de decoración minimalista, con sillas de cuero negro y mesas blancas, con extraña iluminación que sale de una macropantalla blanca de una de las paredes. Como somos dos, nos encaminamos hacia las mesitas más chic, las que tienen los sillones de cuero (sí, sillones negros preciosos). A nuestro lado, la pared se interrumpe por una especie de barra sobre la que descansa la prensa local y nacional. Como es de rigor, nos sentamos al lado de la Cosmopolitan, el Citizen K y El País Semanal. Pensamos que nos van a clavar con el desayuno, pero aún así nos pedimos un par de napolitanas, un café con leche y un té con hielo, además de dos azucarillos extra para cada uno.

A pesar de lo nuevo del sitio, de lo chic que parece, está lleno, tanto de trabajadores de la zona que se toman un tentempié a media mañana como de gente que va de compras al centro o como jubilados que han ido a dar un paseo y se van a tomar su café con leche y sus tostaditas.

Estamos tan armonizados con el local que casi se diría que somos parte de la decoración, Marsónico con una camisa negra con extrañas flores dibujadas en blanco y sus maravillosos zapatos de charol (¡¡me encantan!!) y yo con mi camisa de rayas blanca y negra y los megapuños de pico. Le entrego sus regalos (repitiendo en uno de ellos, despiste el mío, ya le había regalado un separador) y nos sirven el desayuno, a la vez que hablamos de nuevos restaurantes, de negocios, de precios sobre diseños de placas de despacho, de tarjetas de visita, de lo duro que es cumplir años, etc. Nos hacemos fotos y el tiempo de desayuno va pasando y tenemos que volver a nuestros respectivos trabajos.

Marsónico invita por su cumple, la próxima invitación la pago yo, a pesar de lo moderno y elegante del lugar, no es caro el desayuno: 3'80 todo (cada desayuno completo sale a 1'60, yo lo veo bien de precio). Salimos con el sabor agradable de un rato compartido y un sitio nuevo para explotar.